El otro día durante una comida familiar hablamos de lo difícil que nos resulta a los heterosexuales «entender» que existan otras formas de sexualidad o incluso de identidad sexual, que ni tan solo tienen porqué ir de la mano. Recordé el maravilloso discurso de Lana Wachowski cuando la premiaron en la Human Rights Campaign, y he decidido compartirlo aquí no tan solo porque puede arrojar algo de luz en el asunto, sino también porque es un excelente ejemplo de storytelling.
A través de las historias, más aún cuando son tan personales, podemos reír, llorar, aprender y empatizar con el resto de seres humanos. En el fondo, da igual nuestro sexo, género y sexualidad. Lo que nos define son nuestras historias, y por eso todos los seres humanos somos especiales, y tenemos derecho a serlo.
Otro discurso interesante sobre el tema, especialmente por su valor motivador, es el de Ellen Page del año pasado.