The Dock of the Bay

El pasado sábado estuve invitado en el programa de IB3 Radio Balears Fa Ciència, con el que colaboro más o menos a menudo. En esta ocasión se me propuso comentar la canción de Otis Redding (Sittin’ on) the Dock of the Bay. Por supuesto, acepté encantado. Hoy os traigo, sin ninguna pretensión, un pequeño análisis de la letra de la canción, desde un punto de vista narrativo, con algunas anécdotas históricas y científicas.

Algunas curiosidades

Antes de nada, creo que es interesante comentar algunas curiosidades sobre esta composición, que está considerada una de las canciones que mejor representa la década de los 60 y ha sido ampliamente versionada.

– Se trata de una canción póstuma de Otis Redding. Él murió, junto con casi toda su banda, tres días después de terminar las grabaciones, en un accidente de avión (diciembre de 1967).

– El propio Redding empezó a escribir la canción 4 meses antes, mientras descansaba durante una gira en el barco que le servía de hogar en el puerto de Sausalito, California. La terminó de escribir con el productor Steve Cropper y supone un cambio de estilo importante.

– Gracias a este tema, Otis Redding destronó a Elvis Presley como mejor vocalista según la revista «Melody Maker», posición que había ocupado durante 10 años. Por supuesto, la canción arrasó en las listas de éxitos.

Ello me lleva a una pequeña y amarga reflexión: a veces alguien tiene que morir para que se lo valore, o al menos se lo valore más de lo que se le valoraba en vida. ¿Quién sabe si el atrevido cambio de estilo de Otis Redding con esta canción no hubiera sido un fracaso, de no haberse producido tal trágico accidente?

La historia

Debido a mi (de)formación, centraré este pequeño análisis, sin pretensiones, en la letra de la canción, como ya he adelantado. Así que ahí va:

Sittin’ in the morning sun

I’ll be sittin’ when the evening comes

Watching the ships roll in

Then I watch them roll away again, yeah

Los primeros versos de la canción hablan del sol de la mañana y de la llegada de la tarde. Se trata de una metáfora del paso del tiempo, pero nos recuerda que el sol se mueve en el cielo porque la Tierra gira, rota sobre sí misma. Esto es algo que hoy está ampliamente reconocido, pero ¡recordemos que hace 400 años estaba prohibido incluso pensarlo! Fue una de las cosas que sugirió Galileo Galilei cuando presentó las pruebas que indicaban que la Tierra se movía alrededor del Sol y no al revés.

También habla de los barcos, que van y vienen, entran y salen, casi como el sol y como el paso del tiempo. Es curioso porque, a diferencia de la teoría heliocéntrica, parece que los barcos han acompañado a la Humanidad desde hace, como mínimo, 10.000 años, y podría ser que mucho antes (hay algunos indicios de antigüedad de más de 130.000 años).

I’m sittin’ on the dock of the bay

Watchin’ the tide roll away, ooh

I’m just sittin’ on the dock of the bay

Wastin’ time

La canción también habla de las mareas, otra prueba que Galileo usó en sus teorías, en este caso equivocada. Él pensaba que los movimientos de la Tierra sobre sí misma y alrededor del sol provocaban aceleraciones y deceleraciones cada 12 horas aproximadamente. En este caso hizo falta que llegara Newton con su ley de la gravedad para dar peso (y nunca mejor dicho) a las fuerzas de atracción del Sol y de la Luna, que afectan al nivel del mar.

Pero el caso es que, nuevamente, la canción nos trae una imagen sobre el paso del tiempo, y de hecho nos confiesa que el personaje está «simplemente sentado en el muelle de la bahía dejando pasar el tiempo». Además, se oye el rumor del mar de fondo con la música.

I left my home in Georgia

Headed for the Frisco Bay

Cuz I’ve had nothing to live for

And look like nothing’s gonna come my way

Esta estrofa es curiosa porque Otis Redding habla sobre sí mismo. Él jamás escribía sobre sí mismo pero a su productor Steve Cropper le parecía que tenía que hacerlo. Así pues, los versos son de Cropper.

Looks like nothing’s gonna change

Everything still remains the same

I can’t do what ten people tell me to do

So I guess I’ll remain the same, listen

Y aunque toda la canción insiste en el paso del tiempo, esta estrofa nos dice que las cosas no han cambiado, que parece que sigan igual. Además, en este punto la música cambia, generando un pequeño clímax que tiene significado en sí mismo y que cobra aún más significado con la letra de la canción. La música cambia, nos presenta un nuevo movimiento, pero en cambio se trata de la misma canción.

Confieso que no sé de quienes habla cuando dice que 10 personas le indican lo que debe hacer, pero el caso es que él pretende seguir igual. Es probable que también sea una metáfora, que se refiera al cambio de estilo de esta canción, que todo cambia y a la vez todo sigue igual.

Sittin’ here resting my bones

And this loneliness won’t leave me alone, listen

Two thousand miles I roam

Just to make this dock my home, now

Y esta estrofa sirve de resolución, generando una imagen bastante vívida de la historia. Dice «sentado aquí descansando mis huesos». Estos versos transmiten una extrema sensación de cansancio, propia de la vida nómada que sugiere, y que ha sido aliviada cuando se ha establecido en el puerto al que llama hogar.

Así pues, creo que una de las virtudes de esta canción es que esconde una historia. En 3 minutos, y solamente con cuatro metáforas del paso del tiempo, le letra nos pone en la piel de una persona que ha visto mundo, que no ha parado de viajar buscando una razón para vivir y descubriendo, al final, que quizá no hay razones, que nada cambia excepto uno mismo. Que cualquier lugar puede llamarse hogar.

En definitiva, aunque este pequeño análisis deja de lado muchísimas de las virtudes de esta canción, también pone de manifiesto que una gran canción esconde una gran historia. Y me encanta pensar que, sea cuál sea el medio (musical, audiovisual, escrito, oral…) las historias nos ayudan a hacer grandes nuestras creaciones.